Según el Balance Migratorio Frontera Sur de 2014 realizado por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (Apdha), la entrada de inmigrantes a España a través de la la frontera sur, alcanzó en 2014 las 11.146 personas, 3.596 más que en 2013.
Aunque la atención mediática suele centrarse en la frontera sur como principal punto de entrada de inmigrantes, desde la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), recuerdan que “son los aeropuertos por donde entra el mayor porcentaje de personas en situación irregular”. Así lo asegura Ramiro Muñiz, miembro del Área de Incidencia y Participación Social de CEAR: “En este caso son personas que entran con un visado de corta duración o de estancia para turismo y decide continuar su estancia de forma irregular, con lo cual cambiaría su situación administrativa”.
Pero las noticias sobre saltos a la valla de Melilla o llegadas de pateras cargadas de inmigrantes no dejan de aparecer en el día a día. Muñiz asegura que el foco está puesto en este punto por ser “más sangrante”. Sin embargo, CEAR tiene su vista puesta en la frontera sur porque “las devoluciones que se producen en el perímetro fronterizo de Ceuta y Melilla no cumplen con la legislación nacional e internacional en materia de asilo, por lo que es necesario cambiar este tipo de práctica en tanto en cuanto las personas que acceden a las fronteras tienen que tener derecho, una vez que se encuentran en territorio español, a asistencia letrada, de un intérprete y a solicitar protección internacional en España. Actualmente esto no se está cumpliendo ya que estas personas son devueltas sin una resolución administrativa que se pueda recurrir, por lo tanto se están produciendo sin ningún tipo de garantía”.
El Balance Migratorio Frontera Sur de Apdha, arroja datos como “las 398 embarcaciones incluyendo pateras de madera, neumáticas tipo zodiac y balsas hinchables casi de juguete” que usan las personas inmigrantes para llegar a España y que en muchos casos se quedan por el camino.
Como es el caso de la italiana isla de Lampedusa, principal punto de entrada de inmigrantes en el Mediterráneo. “Personas que proceden de Libia, un país que se encuentra en conflicto, utilizan esta ruta. Refugiados en su mayor parte que escapan de conflictos. Las nacionalidades son Siria, Palestina, Somalia, Eritrea y utilizan la ruta de Libia para intentar acceder al procedimiento de protección internacional y escapar de la violencia en sus países de origen”, explica Muñiz.
Así, desde CEAR trabajan para “estar con las personas refugiadas, apoyarles desde un punto de vista jurídico, social, psicológico y laboral. Lo venimos haciendo desde los últimos 30 años y nuestra labor principal es que puedan acceder al procedimiento de protección internacional en España y que los compromisos en materia legislativa, que el gobierno español ha adquirido, se cumplan para que estas personas puedan beneficiarse del estatus de refugiados, que la ley que prevé”.